Historias de adpocion II

Hace algunos meses me había propuesto escribir sobre diferentes historias de adopción, luego pasaron cosas y fue quedando de lado, hoy decidí retomar aquella propuesta.

Cuando Ana adoptó a Clarita con tan solo 15 días de vida, sabía que tenía una hermana gemela que la madre biológica no la dió en adopción. Pasaron los años y Ana siempre pensaba en la hermana de Clarita, se sentia mal de que no se conocieran dado la fuerte relación que existe entre los gemelos. Tampoco le contó a su hija de la existencia de esta hermana porque simplemente no sabía como decirle que la madre a ella la habia rechazado y a la otra no.

Un día cuando fue a buscar a Clarita a la escuela, se le acercó una mujer y le dijo: "Disculpame yo soy la mamá de Brian, compañero de tu nena. Mi hijo va a catecismo a la iglesia de la Medalla Milagrosa y me comentó que cuando Clarita va a catecismo no lo saluda. Frente a lo que me comentó mi hijo, observé que quienes llevan a la nena a catecismo son otras personas, es decir no es usted, ni su esposo, ni sus padres, por lo que creo se trata de otra nena pero igual a la suya" . Ante semejante declaración Ana fue a la iglesia que le dijo esta mujer y comprobó que realmente era una nena igual a Ana. Se acercó entoncés a los padres de la chica y les preguntó si la nena era de ellos. Los padres asombrados no querian decirle nada, cuando ella les explicó, se miraron y dijeron "es la hermana de nuestra hija". ¿Que había pasado? Finalmente la madre biológica también dió en adopción a la otra gemela y quiso el destino que fuera adoptada por una familia que vivía en el mismo barrio de Ana. Durante 10 años nunca se habìan visto y sino fuera por el nene que se asombraba del trato diferente que le daba, según su creencia, la misma nena en la escuela y en catecismo no se hubieran encontrado.

Ambas familias comenzaron a tratarse previa consulta a profesionales para que los asesoran a fin de no perjudicar a las chicas.

Las familias se fueron conociendo y fue naciendo un afecto muy grande, las chicas se alegraron de encontrarse y es increible el parececido físico, la voz y gestos y actitudes, ellas tienen sus propios códigos como si siempre hubieran vivido juntas y criadas por los mismo padres.

Ambas familias dicen que siempre pedian a dios que las gemelas se pudieran encontrar y dios escuchó las oraciones.

Esta historia es absolutamente real. lo cuento y se me pone la piel de gallina. La primera vez que las vi a las dos juntas no sabía quien era quien, a pesar de conocer a Clarita de recién nacida.