Yo amo a mi ciudad

Por los años 70, siendo yo una adolecente sonaba esta canción de Pedro y Pablo: Yo vivo en una ciudad donde la gente aun usa gomina donde la gente se va a la oficina sin un minuto de mas Yo vivo en una ciudad donde la prisa del diario trajin
parece un film de Carlitos Chaplin aunque sin comicidad Yo vivo en una ciudad que tiene un puerto en la puerta y una expresion boquiabierta para lo que es novedad y sin embargo yo quiero a ese pueblo tan distanciado entre si, tan solo porque no soy mas que alguno de ellos sin la gomina, sin la oficina con ganas de renovar Yo adoro a mi ciudad aunque su gente no me corresponda cuando condena mi aspecto y mis hondas con un insulto al pasar Yo adoro a mi ciudad cuando las chicas con sus minifaldas parecen darle la magica espalda a la inhibicion popular Yo adoro a mi ciudad aunque me acuse de loco y de mersa aunque guada~e mi pelo a la fuerza en un coiffeur seccional y sin embargo yo quiero a ese pueblo porque mi incita le rebelion y porque me da infinito deseos de contestarles y de cantarles mi novedad, mi novedad Es una suave canción de protesta, pero con mucha poesía e imágenes de aquel tiempo de dictadura. Hoy Buenos Aires en muchas cosas no ha cambiado, la gente sigue corriendo apurada como un film de Carlitos Chaplin, pero sin comicidad, la gente sigue llegando a la oficina sin un minuto de más, las chicas siguen siendo en su mayoría lindas, usando minifaldas, pero los tiempos son otros, de libertad. Yo Yo también quiero a mi ciudad, aunque no vivo en ella, la sufro porque la transito todos los días desde hace 36 años, yendo a trabajar, tambíen camino rápido y mirando para abajo por miedo a caerme por sus veredad rotas, por la locura del tráfico, los cortes de calles, que hacen tan díficil llegar a destino. Esa forma de caminar, como dije mirando hacia abajo, me priva de mirar hacia arriba para ver sus lindas cúpulas, su variada arquitectura, pero desde hace unos años la gran cantidad de turistas que comenzaro a llegar,que sacan fotos, que hablan entre ellos,que señalan lugares, me convenció que debía mirarla de otra forma y empecé a disfrutarla. Los mediodias lindos, a la hora del almuerzo, salgo a comprar algo o hacer algún trámite y me tomo un tiempo para caminarla, más despacio, para mirar vidrieras, observar monumentos, entrar en alguna iglesia antigüa, hablar con los artesanos, o pararme a mirar y escuchar a los artistas callejeros.Entrar en las librerías de la calle Corrientes y buscar buenas ofertas, o salir con mis compañeras a comer pizza sentadas en una mesa al sol. Alguna vez de tanto en tanto le saco la lengua a un helado con mi querida amiga Cecy, o voy algún cafecito a encontrarme con mi otra amiga Susana.Dejo algunas imágenes para quienes no la conocen. No sé hoy me dió ganas de contarles de Buenos Aires, esas arranques de ganas de escribir que a veces tenemos los blogueros, en este nuestro lugar de expresión. Pdta: perdón por lo desprolijo de las fotos y textos pero mr blog no tomó las modificciones-