Posoperatorio

Y llegó el día de la operación, una noche de nervios y ansiedad, cero dormir,el día anterior además de preparar mis cosas, tuve que armar todo para Dami que por dos días iba a estar en casa de su hermana, lo cual incluyó todo lo referente a la escuela.Fuimos con Franco y mi hija hasta la clínica, atravesando toda la ciudad porque allí operaba el médico, salimos a las 6:15 am porque temiamos que estar a las 7 y a las 8 estaba programada la operación. Trámites administrativos mediante, toma de temperatura, presión, vestirme para ir al quirófano y esperar al camillero. Entre dimes y diretes al quirófano debo haber entrado más de las 9 de la mañana. En cuanto me hicieron pasar me sacaron fotos de frente y perfil de mi bello abdomen, me sentí muy avergonzado había como cinco personas, trate de abstraerme y no pensar. Le dije a mi hijo menor Dami que me iba a dormir pensando en sus hermosos ojos azules que son como un pedacito de cielo, pero la verdad no recuerdo nada. Cuando desperté ya estaba en la habitación pero tampoco recuerdo cosas que me cuentan Franco y mi hija como por ejemplo que gritaba del dolor y me dieron morfina, yo sólo recuerdo como en sueños que gritaba "operación no! operación no!
La tarde transcurrió bien, mi hija se fue para buscar a Dami a la escuela y nos quedfamos Franco y yo. Vino el té solito rebien, lo pude tomar no mucho pero algo. Llegó la cena y ahi comenzó el calvario, dos cucharadas de sopa de verduras y fue como si hubiera comido veneno, me vino una acidez terrible y ganas de vomitar, en la noche siguió esa sensación y yo tratando de aguantar, no encontraba posición, si me ponían la cama más parada tenía menos reflujo, pero estaba incómoda, Franco llamó al enfermero y dijo que no podia hacer nada, que él me daba via endovenosa las instrucciones médicas. Entoncés le escribí un mensaje al médico y logré que me cambien la medicación, fin reflujo.
Un capítulo aparte fue el enfermero de la noche, buen pibe pero sin experiencia, le pedia la chata para orinar y miraba para otro lado. le dije "voy a mojar la cama sino mirás donde ponés la chata", me responde "ahi le parece bien", justo Franco estaba en el baño, cuando salgo le digo que se fije y la acomodó, el enfermero se fue, a la mañana mi marido le dice sino me higieniza y ahi le dice que le da vergüenza. Por eso no miraba donde ponia la chata!!! Finalmente cambió el turno y vino una enfermera canchera, amorosa que me atendió con mucha dulzura y psicología, justo lo que necesitaba, obvio se llevo la propina.
Ahora ya hace 10 días que me operaron, tuve días mejores y días peores, dolores, fiebre, hematomaas inmensas, hinchazón, pero va pasando, confieso soy muuuuuuy maricona, miedosa, pero cada día es un día ganado para la recuperación. Gracias a todos/as por mensajitos, mails, por el fb y otras yerbas.